¿Cómo
poner límites a mi hijo adolescente?
Como padres tendemos a relajarnos en el tema de los
límites con nuestro hijo cuando llega a cierta edad, pensamos que ya pusimos
bien los límites cuando eran pequeños y que si esa base está, el trabajo ya
está hecho.
Sin embargo los límites a esta edad son tan importantes
como cuando se está conformando la personalidad, además de ser distintos en
esta etapa de la vida.
Pensar que si de chicos lo hicimos ahora ya no es
necesario es como pensar que como le demostramos nuestro afecto de pequeños
ahora ya no lo tenemos que hacer más, o que si lo lleve a los controles
pediátricos de pequeños ahora no tendrá que ir más al médico, etc.
La adolescencia es una etapa de mucho cambio físico y
emocional donde se dan cambios bruscos
en el humor, y que se cuestionan más las decisiones del mundo adulto, pasan
mucho a la acción sin mediar el pensamiento, etc.
Por todo lo
anterior es necesario que los límites sean puestos de manera particular:
·
Trabajar con él en un decálogo de reglas, está
comprobado que tienden a obedecer más en las reglas que ellos participan en su
creación que en las que simplemente se imponen;
·
Sea coherente y consistente en el límite, lo
que vale a las 4 de la tarde vale a las 12 de la noche cuando yo estoy cansado
y no tengo ganas de hacer valer la regla;
·
Cuando el joven transgreda alguna regla
hágale notar que es su comportamiento y no a él al que rechazamos;
·
Ser fieles a nuestros principios, deben haber
escuchado "los padres de tal o cual compañero lo dejan hacer tal o cual cosa y
a mí no”, si nos vemos frente a la tentación de ceder, en esta situación es
bueno explicarle que somos distintos y que cada uno tiene sus valores y que es
bueno respetar las diferencias;
·
Decirles
lo más a menudo que puedan que los quieren, necesitan escucharlo;
·
El
clima debe ser afectivo y cordial, poner límites no debe implicar tensión,
gritos y agresividad;
·
Como padres no es bueno para el chico desautorizarnos
ni discutir frente a nuestros hijos;
·
Los limites tienen que ser claros por ejemplo:
- Dejar
claro lo que puede y no puede hacer después del liceo;
- Cuando
tiene que hacer la tarea;
- Cuando
puede usar la computadora y para qué (que la misma no esté en su dormitorio,
sino en un lugar visible de la casa);
- Cuando
y por cuánto tiempo puede usar el teléfono;
- Hora
de llegada a casa;
- Qué
tipo de salidas puede realizar y con quién, etc.
·
Cada límite tiene que:
- funcionar para las dos partes (ser operativos,
no le puedo pedir que haga determinadas cosas si lo quiero vigilar, pero
resulta que en ese horario nunca voy a estar yo o alguien que lo haga);
- Aclarar
cuáles son sus expectativas (decirle quiero que seas educado es muy ambiguo,
sin embargo decir, no digas groserías, saluda al llegar o al irte, etc, eso es
mucho más claro, muchas veces por la ambigüedad entra la transgresión. Aclarar
lo que esperas de él.
·
Trabajar juntos en las consecuencias.
- Consecuencias
acordes a lo que hizo, por una cosa pequeña no lo puedo dejar sin salir 2
semanas porque cuando haga algo realmente grave no tengo penitencia posible;
- Ser
claro en las penitencias ( si digo:” si llegas tarde de esa reunión por una
semana no tenes computadora” eso es muy vago pero si digo “por cada 30 minutos
que llegues tarde después de la hora que acordamos tenes una semana sin computadora”,
les aseguro que llegaran 30 minutos tarde pero no 3 horas, de la otra manera la
consecuencia sería la misma;
Luego de que armamos en conjunto
el decálogo, participándolo no negociando los límites, le pedimos que lo lea
para asegurarnos que le quedo claro al igual que las consecuencias si lo
transgrede.
Prepararnos.
El va a intentar
transgredirlo y en ocasiones lo va a hacer,
cuando esto se dé, Ud. se va a enojar mucho, eso también es normal, contrólese,
tómese su tiempo para hablarle, después de que se haya calmado, dígale lo
enojado que esta por eso y recuérdele la regla y la penitencia por haberla roto
y cúmplala.
Cuando el chico vea que Ud.
no cede dejara de insistir en cambiar algunas pautas que le parecen injustas
(aunque sienta que es desgastante, es efectivo).
·
Cuando
haga las cosas bien, dígaselo, a todos nos gusta que nos reconozcan que hacemos
las cosas bien, más cuando nos reporta mucho esfuerzo.
- Pueden
a esta edad reflexionar más, es bueno tener una pequeña charla sobre las cosas
que suceden y ayudarlo a que piense al respecto.
- Dar
el ejemplo, no sirve el refrán “has lo que yo digo y no lo que yo hago” si le
enseño que no se miente, no mentir (si llaman por teléfono y atiende no le diga
“si es para mí contesta que no estoy, etc.”, no grites si no querés que grite,
etc.)
- Es
bueno que a esta edad comience, si es que ya no lo hizo a colaborar en cosas de
la casa, de lo pequeño a lo más grande, se le puede pedir algo o preguntarle en
que estaría dispuesto a colaborar, ejemplo juntar o poner la mesa, lavar los
platos tres veces por semana, limpiar el patio, etc.
Muchas gracias por el tiempo
que se tomaron para su hijo al leer estas pequeñas líneas.
Quedo a sus órdenes.
Lic. en Psicología Alejandra Fernández Segovia
No hay comentarios.:
Publicar un comentario