viernes, 20 de junio de 2014

Taller para padres a cargo de la Psicóloga Alejandra Fernández. Tema: ¿Cómo poner límites a mi hijo adolescente?

¿Cómo poner límites a mi hijo adolescente?

Como padres tendemos a relajarnos en el tema de los límites con nuestro hijo cuando llega a cierta edad, pensamos que ya pusimos bien los límites cuando eran pequeños y que si esa base está, el trabajo ya está hecho.
Sin embargo los límites a esta edad son tan importantes como cuando se está conformando la personalidad, además de ser distintos en esta etapa de la vida.
Pensar que si de chicos lo hicimos ahora ya no es necesario es como pensar que como le demostramos nuestro afecto de pequeños ahora ya no lo tenemos que hacer más, o que si lo lleve a los controles pediátricos de pequeños ahora no tendrá que ir más al médico, etc.

La adolescencia es una etapa de mucho cambio físico y emocional donde  se dan cambios bruscos en el humor, y que se cuestionan más las decisiones del mundo adulto, pasan mucho a la acción sin mediar el pensamiento, etc.

Por  todo lo anterior es necesario que los límites sean puestos de manera particular:

·        Trabajar con él en un decálogo de reglas, está comprobado que tienden a obedecer más en las reglas que ellos participan en su creación que en las que simplemente se imponen;
·        Sea coherente y consistente en el límite, lo que vale a las 4 de la tarde vale a las 12 de la noche cuando yo estoy cansado y no tengo ganas de hacer valer la regla;
·        Cuando el joven transgreda alguna regla hágale notar que es su comportamiento y no a él al que rechazamos;
·        Ser fieles a nuestros principios, deben haber escuchado "los padres de tal o cual compañero lo dejan hacer tal o cual cosa y a mí no”, si nos vemos frente a la tentación de ceder, en esta situación es bueno explicarle que somos distintos y que cada uno tiene sus valores y que es bueno respetar las diferencias;
·        Decirles lo más a menudo que puedan que los quieren, necesitan  escucharlo;
·        El clima debe ser afectivo y cordial, poner límites no debe implicar tensión, gritos y agresividad;
·        Como padres no es bueno para el chico desautorizarnos ni discutir frente a nuestros hijos;
·        Los limites tienen que ser claros por ejemplo:
-      Dejar claro lo que puede y no puede hacer después del liceo;
-      Cuando tiene que hacer la tarea;
-      Cuando puede usar la computadora y para qué (que la misma no esté en su dormitorio, sino en un lugar visible de la casa);
-      Cuando y por cuánto tiempo puede usar el teléfono;
-      Hora de llegada a casa;
-      Qué tipo de salidas puede realizar y con quién, etc.

·        Cada límite tiene que:
 - funcionar para las dos partes (ser operativos, no le puedo pedir que haga determinadas cosas si lo quiero vigilar, pero resulta que en ese horario nunca voy a estar yo o alguien que lo haga);
-      Aclarar cuáles son sus expectativas (decirle quiero que seas educado es muy ambiguo, sin embargo decir, no digas groserías, saluda al llegar o al irte, etc, eso es mucho más claro, muchas veces por la ambigüedad entra la transgresión. Aclarar lo que esperas de él.

·        Trabajar juntos en las consecuencias.
-      Consecuencias acordes a lo que hizo, por una cosa pequeña no lo puedo dejar sin salir 2 semanas porque cuando haga algo realmente grave no tengo penitencia posible;
-      Ser claro en las penitencias ( si digo:” si llegas tarde de esa reunión por una semana no tenes computadora” eso es muy vago pero si digo “por cada 30 minutos que llegues tarde después de la hora que acordamos tenes una semana sin computadora”, les aseguro que llegaran 30 minutos tarde pero no 3 horas, de la otra manera la consecuencia sería la misma;

Luego de que armamos en conjunto el decálogo, participándolo no negociando los límites, le pedimos que lo lea para asegurarnos que le quedo claro al igual que las consecuencias si lo transgrede.

Prepararnos.
El va a intentar transgredirlo y en ocasiones  lo va a hacer, cuando esto se dé, Ud. se va a enojar mucho, eso también es normal, contrólese, tómese su tiempo para hablarle, después de que se haya calmado, dígale lo enojado que esta por eso y recuérdele la regla y la penitencia por haberla roto y cúmplala.
Cuando el chico vea que Ud. no cede dejara de insistir en cambiar algunas pautas que le parecen injustas (aunque sienta que es desgastante, es efectivo).

·        Cuando haga las cosas bien, dígaselo, a todos nos gusta que nos reconozcan que hacemos las cosas bien, más cuando nos reporta mucho esfuerzo.

-      Pueden a esta edad reflexionar más, es bueno tener una pequeña charla sobre las cosas que suceden y ayudarlo a que piense al respecto.


-      Dar el ejemplo, no sirve el refrán “has lo que yo digo y no lo que yo hago” si le enseño que no se miente, no mentir (si llaman por teléfono y atiende no le diga “si es para mí contesta que no estoy, etc.”, no grites si no querés que grite, etc.)

-      Es bueno que a esta edad comience, si es que ya no lo hizo a colaborar en cosas de la casa, de lo pequeño a lo más grande, se le puede pedir algo o preguntarle en que estaría dispuesto a colaborar, ejemplo juntar o poner la mesa, lavar los platos tres veces por semana, limpiar el patio, etc.

Muchas gracias por el tiempo que se tomaron para su hijo al leer estas pequeñas líneas.
Quedo a sus órdenes.


Lic. en Psicología  Alejandra Fernández Segovia

No hay comentarios.:

Publicar un comentario