A Don José…
Cuando ayer me puse a pensar en redactar unas palabras para leer en el acto que hoy nos convoca, tuve, como siempre en estos casos, la preocupación de qué iba a decir que no se hubiera dicho antes, qué cosas contar que nos permitieran comprometernos de veras con lo que estamos celebrando, para que nuestra convocatoria de hoy no fuera un formulismo, sino un breve, respetuoso y sincero homenaje para quien lo arriesgó todo por un futuro digno para las siguientes generaciones, que somos nosotros, …para quien fue un católico que predicó con su ejemplo, anteponiendo los intereses de los demás a los suyos propios, estando siempre para los demás, cuando lo necesitaran, aún sin tener que pedírselo. Y entonces recordé lo que siempre decimos en clase: que no hay Historia, si no es historia del presente, que la historia no consiste simplemente en contar lo que pasó, sino en comprender lo que ocurrió, para poder entender el presente… y es desde esa perspectiva que hoy vamos a recordar a Don José Gervasio Artigas. Es decir, desde el mundo del 2015, el de la deuda externa de América Latina, el de la crisis económica, el de la América de un Mercosur con serias dificultades, el de la violencia, el de la Copa América y de la corrupción en la FIFA, el del hambre… el de los más de 200 años del inicio del proceso emancipador que él lideró, pero no manipuló, porque no le interesaba el poder, ni siquiera los títulos que llegaron a darle, y por eso rechazó el de “capitán general y sin ejemplar patrono de la libertad de los pueblos” que quiso otorgarle el cabildo de Montevideo, argumentando que prefería en su lugar el de “simple ciudadano”. Vamos a recordar a Artigas no como un “héroe de bronce”, sino como un hombre real, que enfrentó tiempos muy difíciles, y defendió en forma irrenunciable valores que hoy siguen vigentes, y a veces aún sin concretar… que enfrentó la adversidad creyendo que siempre era posible pensar en una sociedad mejor, si nos hacemos cargo de ello (“nada podemos esperar sino de nosotros mismos”), y apostó su vida a eso.
Artigas nació el 19 de junio de 1764, en una Banda Oriental que pertenecía al Imperio español, y llegó a convertirse en un revolucionario integral, impulsado en la creación de un sistema que alcanzara la total democracia. Sus palabras no permanecieron en el plano de la teoría, sino que se concretaron en realizaciones, buscando la formación de hombres auténticamente libres, con igualdad de posibilidades, para lograr una sociedad en la que imperara la justicia, y no la intolerancia. Esa es la raíz de su Reglamento Agrario de 1815, que a 200 años de su creación, sigue siendo un modelo de justicia que el propio Artigas sintetizó en las instrucciones dadas a los encargados de llevarlo a la práctica:
“ de tal forma que los más infelices sean los más privilegiados” (1)
Estuvo dotado de sentido común e intuición, y eso le permitió señalar normas e ideales aún no superados. Fue el reivindicador de los humildes, y el forjador del bienestar de su pueblo, a través de la siembra de instituciones, de fuentes de trabajo, y de la promoción de la cultura….
Tuvo una indeclinable firmeza de ideas, austeridad y sencillez republicanas…Jamás traicionó sus principios, ni a quienes lo seguían. Creyó en la ciudadanía y en la solidaridad continental, porque lo animó un apasionado sentimiento americanista, que lo llevó a contactarse con Simón Bolívar y el gobierno del Paraguay. Fue el “Protector de los Pueblos Libres”, y acompañó en momentos muy duros el nacimiento de nuestra nacionalidad, defendiendo los intereses de los pueblos de las Provincias frente a los abusos y pretensiones de las ciudades-puerto de la región, comprendiendo sus necesidades, velando por sus derechos, y fue por eso protagonista de una gesta sin precedentes, como el Éxodo del pueblo oriental,… y es por eso el único referente que se encuentra por encima de las banderas partidarias.
Y podríamos seguir,…recordando sus 30 años de exilio, cuando ya en su vejez enseñaba la doctrina cristiana a los niños en el Paraguay, y presidía el rezo del rosario todos los días, en el pueblo en el que vivía.
Nos ha dejado un innegable legado espiritual, …y su figura aún perdura. Esta Patria Nueva, que somos hoy, se une a la Patria vieja de Don José Artigas, para brindar un homenaje póstumo a quien lamentablemente no lo recibió en vida… Al jurar fidelidad a nuestra bandera, estamos reconociendo el compromiso de defender los ideales de libertad, justicia y democracia por la que arriesgaron y perdieron su vida tantos orientales, es declarar que nos adherimos al anhelo que él mismo expresó con estas palabras:
“Seamos libres, y seremos felices. Así exhórtelos continuamente a sus paisanos para que propendan a sostener el triunfo de la libertad…” (2)
“Cuando uno tiene razón, no necesita golpear a nadie. Las ideas no se meten ni se sacan a puñetazos. Cristo enseñó mucho sin necesidad de golpear a nadie. La fuerza de las ideas es más grande que la de todos los ejércitos del mundo. Los ejércitos desaparecen, pero las ideas quedan, como semillas que se multiplican miles de veces…” (3)
(1) A propósito de la aplicación del reglamento, setiembre 1815
(2) Al Comandante General de las Misiones, Andrés Artigas, 27/08/1815
(3) Extraído de “Artigas Católico”, de Pedro Gaudiano
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