Tomado de lafamilia.info
El regreso al colegio implica el final de un período lúdico en que tanto niños y padres estuvieron más relajados, sin prisas para irse a la cama, sin tener que madrugar. Es por esto que hay que prepararse para que el reajuste a la vida ordinaria transcurra sin mayores alteraciones.
De acuerdo con la Sociedad Norteamericana de Pediatría, algunos niños experimentan los primeros días de regreso al colegio ''ansiedad de separación'' de todo lo que les rodeó durante las vacaciones. Según Roxana Riscosa, psicóloga infantil, algunos niños expresan su rechazo al nuevo cambio a través de reacciones como quejarse de dolores físicos (cabeza o estómago) para evitar ir al colegio, hasta negarse a dormir o a estar solos.
Cómo matizar el cambio
- Para que el regreso a la rutina escolar sea más llevadera, comience antes de que se acaben la vacaciones a imponer hábitos similares a los de los días escolares. Es decir, envíe a los chicos a la cama temprano, establezca los mismos horarios de comida de cuando están en el colegio; dediquen un espacio diario a actividades como escritura, lectura, etc.
- Si ha estado con los hijos (en especial los niños más pequeños) todo el tiempo en este periodo de vacaciones, practique separaciones breves con ellos antes de que comiencen las clases, dejándolos un par de horas en casa con algún adulto responsable.
- Hable con sus hijos acerca de lo que será el nuevo año, transmitiéndoles confianza y destacando los cambios positivos que tendrán, tales como nuevos conocimientos y retos, excursiones escolares, nuevos compañeros de clase, etc. Resalte aspectos que los harán felices como el reencuentro con sus compañeros, retomar las actividades favoritas que estaban suspendidas, entre otras.
- Hágalos partícipes del proceso previo a la entrada a la escuela como es comprar los libros, ordenar la ropa o el uniforme, y acompañarlos al colegio por lo menos el primer día.
Cuidado con las actividades extra-escolares
Aunque son muy beneficiosas, las actividades extra-escolares incrementan la responsabilidad de los niños, lo que puede influir en su rendimiento escolar. También pueden reducir el tiempo de juego y de relación con sus compañeros, imprescindible en las primeras edades para su desarrollo y madurez personal.
Por ello es importante que consulte con los pequeños a la hora de elegir y programar dichas actividades de modo que no sean una carga, sino una ocasión aceptada por ellos, para aprender y disfrutar.
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